Qué es Wasteland?

 

Una obra que se desarrolla en el tiempo y en muchos lugares para la cual Maria Cristina Finucci hace uso de muchos medios que van desde la performance, a la instalación, a la fotografía y que implica a miles de personas. Una obra que se dirige a todos los estratos de la sociedad, incluida la connected generation, cuyas formas de interacción entre individuos se han transformado por las nuevas tecnologías. Ya es conocido que el elemento de intercambio y participación es fundamental en las relaciones sociales de las nuevas generaciones y el arte no se queda al margen.

Cuál es su objetivo? El objetivo de Wasteland es el de denuncia a través del lenguaje artístico la existencia de cinco islas de plástico que ocupan los océanos, cuya superficie total es de 16 millones de km2, fenómeno denominato Garbage Patch, del cual no se habla lo suficiente.

Cuál ha sido la idea inicial? La idea de Maria Cristina Finucci ha sido la de convertir en un Estado esta superficie de plástico, todavía tierra de nadie, cuya extensión es por tanto casi como la de Rusia. El nombre del estado es GARBAGE PATCH STATE.

 

Maria Cristina Finucci

 

En Wasteland se tiende a un arte que comprende una dimensión activa y social, un arte que pueda indicar modelos de comportamiento, que se convierta en una especie de laboratorio donde experimentar soluciones para los actuales problemas ambientales a escala global. En este momento es fundamental que el lenguaje artístico cree nuevas formas de imaginación acordes a un mundo siempre más complejo en el que serán necesarias nuevas claves de lectura para comprender la realidad.

Solo un arte por tanto que tenga un enfoque ético, una acción política asociada con una forma poética, podrá tener la función de anticipar la descodificación del nuevo contexto global. Desde este enfoque Maria Cristina Finucci con su Wasteland muestra una nueva perspectiva creando un simulacro de un estado-nación, el Garbage Patch State. Este hecho hace diferente a esta propuesta artística, ya que es su condición de simulacro la que cambia el habitual proceso de hacer historia a través de la denuncia de un problema presente.

A partir de la simulación y del carácter simbólico que conlleva la concepción del proceso como obra de arte, ella misma se convierte en símbolo de una realidad a la que no llegamos con las estrategias habituales de información, sino con un perfil crítico y también lúdico e irónico que solicita tomar el mando, con la consciencia de que podríamos tener un futuro únicamente si conseguimos cambiar nuestro modos de pensar para transformarlos en nuevos de comportarse en el mondo.

 

Pedro Medina (curador)